«`La reciente reelección del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha suscitado inquietud en el gobierno mexicano en relación con la posibilidad de cumplir con los objetivos de consolidación fiscal ya planteados. Especialistas advierten que las políticas comerciales agresivas de Trump, como la imposición de aranceles a las importaciones desde México, podrían impactar de manera negativa el crecimiento económico del país, complicando la disminución del déficit fiscal y el cumplimiento de las metas financieras.«`
Propósitos originales de consolidación fiscal
Objetivos iniciales de consolidación fiscal
- Aumento de ingresos: Elevar los ingresos fiscales en un 5.4%, alcanzando un total de 9.3 billones de pesos.
- Reducción del gasto público: Reducir el gasto en un 1.9%, con el fin de disminuir los Requerimientos Financieros del Sector Público (RFSP) del 5.7% al 3.9% del Producto Interno Bruto (PIB).
- Crecimiento económico previsto: Se esperaba un incremento del PIB del 2.3% para 2025.
«`No obstante, la reinstauración de aranceles por parte de Trump ha cambiado este escenario, creando incertidumbre sobre la habilidad de México para alcanzar dichas metas.«`
Efecto de las políticas arancelarias de Trump
Impacto de las políticas arancelarias de Trump
La administración de Trump ha implementado aranceles del 25% a las importaciones de acero y aluminio provenientes de México. Esta medida ha afectado directamente a la industria mexicana, especialmente en sectores clave como el automotriz. Los empresarios siderúrgicos han solicitado al gobierno mexicano que imponga tarifas recíprocas y adopte una postura más firme en las negociaciones, buscando mitigar el impacto de las políticas comerciales estadounidenses.
Además, la incertidumbre generada por las políticas proteccionistas de Trump ha afectado la confianza de los inversores, lo que podría traducirse en una disminución de la inversión extranjera directa y un enfriamiento de la actividad económica. Estos factores complican las proyecciones de crecimiento económico y, por ende, la capacidad del gobierno para aumentar los ingresos fiscales y reducir el gasto público de manera efectiva.
Analistas y especialistas proponen que, debido a las circunstancias actuales, es probable que el gobierno mexicano reduzca sus expectativas de crecimiento económico para 2025. Este ajuste implicaría cambios en las proyecciones de ingresos y gastos, impactando directamente en los objetivos de consolidación fiscal.
La probabilidad de una recesión técnica, entendida como dos trimestres consecutivos de reducción económica, ha aumentado debido a la mezcla de factores externos e internos. Esto podría llevar a una disminución en los ingresos fiscales, forzando al gobierno a contemplar recortes adicionales en el gasto público. Sin embargo, tales reducciones podrían impactar áreas críticas como la educación, la salud y los programas sociales, suscitando debates sobre las prioridades del gasto público en un contexto de austeridad.
La posibilidad de una recesión técnica, definida como dos trimestres consecutivos de contracción económica, se ha incrementado debido a la combinación de factores externos e internos. Esto podría resultar en menores ingresos tributarios, obligando al gobierno a considerar recortes adicionales en el gasto público. Sin embargo, tales recortes podrían afectar áreas sensibles como educación, salud y programas sociales, generando debates sobre las prioridades de gasto público en un contexto de austeridad.
Estrategias para mitigar los riesgos
Frente a este escenario, se proponen diversas estrategias para mitigar los riesgos asociados a las políticas comerciales de Trump:
- Diversificación de mercados: Reducir la dependencia del mercado estadounidense explorando acuerdos comerciales con otras regiones y fortaleciendo relaciones con socios estratégicos.
- Fortalecimiento de la competitividad interna: Invertir en innovación, tecnología y capacitación laboral para mejorar la productividad y la competitividad de las empresas mexicanas en el mercado global.
- Política fiscal flexible: Mantener una política fiscal que permita adaptarse a cambios económicos, priorizando el gasto en áreas que impulsen el crecimiento y el bienestar social.